UN VERANO DE CUENTOS (1)
Vivía en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso. Siempre que veía algún animal del bosque, se burlaba de él. Un día estaba sentado a la sombra de un árbol, cuando se le acercó una ardilla.
- !Hola señor conejo!. Y el conejo, mirando hacia él ;le sacó la lengua y salió corriendo. Qué maleducado , pensó la ardilla. De camino a su madriguera, se encontró con una cervatillo, que también quiso saludarle:
- !Buenos días señor conejo!. Y de nuevo el conejo sacó su lengua al cervatillo y se fue corriendo. Así, una y otra vez a todos los animales del bosque que se iba encontrando en su camino. Un día, todos los animales, decidieron darle un buena lección y se pusieron de acuerdo; para que cuando alguno de ellos viera al conejo, no le saludara. Harían como si no le vieran. Y así ocurrió. En los días siguientes todo el mundo ignoró al conejo. Nadie hablaba con él ni le saludaba. Cierta mañana habían organizando una fiesta todos los animales del bosque. El conejo pudo escuchar el lugar donde se iba a celebrar y pensó en ir, aunque no le hubiesen invitado. Aquella tarde, cuando todos los animales se divertían, apareció el conejo en medio de la fiesta. Todos hicieron como que no lo veían. El conejo abrumado ante la falta de atención de sus compañeros, decidió marcharse con las orejas bajas. Los animales, dandóles pena del pobre conejo, decidieron irle a buscar a su madriguera e invitarle a la fiesta. No sin antes; hacerle prometer, que nunca más haría burla a ninguno de los animales del bosque. El conejo muy contento, prometió no burlarse nunca más de sus amigos del bosque, y todos se divirtieron mucho en la fiesta y vivieron muy felices para siempre.
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pedro -
maestro de ivan.